Ir al contenido

Del impulso a la estrategia

Guía rápida para validar tu emprendimiento

Emprender es una palabra de moda. La escuchamos en podcasts, la leemos en libros y la vemos en todos los reels de motivación. Pero más allá del entusiasmo, hay un dato frío: 8 de cada 10 empresas cierran antes del segundo año.

¿Por qué pasa esto?

Porque muchas personas inician con emoción… pero sin estructura.

Este artículo no busca desanimarte. Al contrario: te ayudará a preguntarte lo correcto antes de arrancar. Y si ya iniciaste, te servirá para hacer ajustes a tiempo.

1. ¿Tienes claro tu “por qué”?

Más allá del dinero, ¿por qué te importa hacer esto?

Este no es un cliché de autoayuda. Es una pregunta clave. Cuando tu motivación es solo económica, cualquier dificultad puede quebrarte. Pero si estás resolviendo un problema que realmente te importa, tienes una razón para persistir.

Ejemplo: Un chef que abre un restaurante porque quiere acercar la cocina tradicional de su abuela a las nuevas generaciones… enfrentará con otra energía los días sin clientes.

2. ¿Tu misión, visión y valores te representan a ti o los copiaste de otro lado?

Muchos emprendedores escriben su misión como si fuera una tarea para la escuela. Palabras bonitas que no significan nada.

Pero tus valores deben ser una brújula. ¿Qué defenderás en tu negocio aunque cueste más? ¿Qué cosas no estás dispuesto a hacer?

Si no tienes valores claros, cada nuevo reto será un experimento.

Y tu visión no tiene que ser “ser el líder mundial”. Puede ser evolucionar, mejorar, crecer. Progresar, no perfección.

3. ¿Sabes a quién estás ayudando?

No le puedes vender a todo el mundo. Entre más específico seas, mejor.

No es lo mismo vender postres saludables a “mujeres que hacen ejercicio”, que a “mujeres entre 28 y 40 años que trabajan, cuidan hijos y buscan opciones sin azúcar para después de las 5 p.m.”

Define:

  • Edad
  • Rutina diaria
  • Dolor o necesidad
  • Hábitos de compra
  • Expectativas

Esa información es poder. Y ventas.

4. ¿Qué te hace diferente?

Hoy todo existe. Así que el diferenciador ya no siempre es el producto: es la historia, el servicio, la experiencia.

¿Te van a elegir por tu diseño? ¿Por tu atención? ¿Por tu flexibilidad? ¿Por tu precio? Decide eso antes, y celébralo con estrategia.

Y ten en cuenta: si inventas algo, en un mes alguien más lo copiará. Tu ventaja competitiva es cómo lo haces, no solo qué haces.

5. ¿Cómo vas a entregar valor y cobrar por él?

No es solo “acepto pagos con tarjeta”.

Es entender tu modelo de negocio:

  • ¿Vas a vender, rentar, suscribir, licenciar, prestar?
  • ¿Tienes claro cómo vas a escalar?
  • ¿Puedes crecer sin duplicar tus gastos?

La diferencia entre vender una vez o construir una fuente de ingresos constante está en este punto.

6. ¿Cuánto necesitas para arrancar (de verdad)?

No se trata de pedir un préstamo gigante. Se trata de saber:

  • ¿Qué necesitas para empezar a vender?
  • ¿Qué es esencial y qué es ego del emprendedor?
    Un local bonito no vende solo. A veces lo que necesitas es una computadora, un teléfono y un plan.

Haz una lista:

  • Activos estratégicos (lo que genera ingresos)
  • Gastos fijos (aunque no vendas)
  • Tu propio sueldo

Y no olvides: la infraestructura no vende por sí sola. Tu estrategia, sí.

7. ¿Sabes cuál es tu punto de equilibrio?

Es el número mágico: la cantidad mínima de ventas que necesitas para no perder.

Se calcula así:

Costos fijos ÷ Margen de contribución

Conocerlo te permite:

  • No vender “a ciegas”
  • Saber cuándo estás en riesgo
  • Proyectar tu crecimiento con datos

Muchos emprendedores lo aprenden… cuando ya es tarde.

8. ¿Tienes un flujo de efectivo proyectado?

La mayoría de las empresas no cierran por falta de ventas. Cierran porque no tienen dinero disponible.

Vender ≠ Cobrar

Comprar ≠ Pagar al instante

Si cobras a 30 días pero pagas hoy, puedes quedarte sin aire antes de cobrar.

Haz un flujo de efectivo por semana. Incluye ingresos, egresos, pagos futuros y atrasos.

Y nunca confundas ingresos con utilidad.

Emprender es apasionante. Pero también es una disciplina.

Antes de “salir al mercado”, respóndete estas preguntas con honestidad. Si alguna te incomoda, no es señal de que no debas hacerlo… es señal de que tienes la oportunidad de prepararte mejor.

El mito del éxito empresarial
Vender más no siempre es crecer